.
En el post 59 hice mención de la antigua botica del pueblo y de su boticario D. Román. Pues bien, revolviendo ahora en los papeles de mi padre he encontrado un manuscrito suyo encabezado con una nota que dice “para D. Félix”, en el que hay una vieja historia del pueblo cuyo protagonista era el buen D. Román. Supongo que con esa nota quería hacerle partícipe al nuevo cura del origen de algunas cosas de la devoción popular a la Virgen rindiendo merecido homenaje a quien hizo una importante donación testamentaria. Y supongo también que luego pasaría a máquina esta nota y se la daría a D. Félix, aunque también es posible que se quedara en manuscrito y que simplemente se lo contara de viva voz. Pero como en todo caso creo que es de general interés para todos los que amamos el pueblo y sus cosas, la transcribo aquí tal y como la he encontrado en este borrador:
“En Anguciana, a los setenta años de edad, murió el 12 de noviembre de 1931 Don Román Ruiz de la Cuesta Aramburu que había ejercido de boticario toda su vida en el pueblo en una botica de estilo gótico situada en la calle Real (actual casa de los hermanos Angulo García) teniendo su vivienda en el segundo piso del mismo edificio.
Su estado fue de soltero, viviendo siempre con su hermana Benita, igualmente soltera, que murió a los 64 años, un año antes que él en fecha 7 de noviembre de 1930.
A su muerte, dejó heredera de un capital de unas 75.000 pesetas a la Ermita de la Concepción, nombrando como albacea testamentario a D. Julián Cantera Orive, quien lleva a efecto los deseos del testador invirtiendo su capital totalmente en 1) levantar un muro de piedra en el terraplén enfrente de la ermita y cementerio; 2) proveer de bancos la totalidad del edificio y de un zócalo-asiento alrededor de los muros; 3) baranda delante del presbiterio con seis ángeles de pié de tamaño grande; 4) una túnica o vestido blanco y manto azul celeste, todo bordado ricamente en oro por las monjas de un convento de clausura; 5) una corona de plata adquirida en Valencia; y 6) unas nuevas andas para llevarla en procesión; todo hasta hoy en perfecto uso.
Todo ello se cumplió con diligencia siendo inaugurado todo antes del tercer aniversario de la muerte del testador”.
(La foto de la ermita con la que cierro este post es la que ofrece Panoramio de Google Earth, colgada por Juanma, a quien le doy las gracias por su generosidad para con el pueblo).
.
(29nov10)
En el post 59 hice mención de la antigua botica del pueblo y de su boticario D. Román. Pues bien, revolviendo ahora en los papeles de mi padre he encontrado un manuscrito suyo encabezado con una nota que dice “para D. Félix”, en el que hay una vieja historia del pueblo cuyo protagonista era el buen D. Román. Supongo que con esa nota quería hacerle partícipe al nuevo cura del origen de algunas cosas de la devoción popular a la Virgen rindiendo merecido homenaje a quien hizo una importante donación testamentaria. Y supongo también que luego pasaría a máquina esta nota y se la daría a D. Félix, aunque también es posible que se quedara en manuscrito y que simplemente se lo contara de viva voz. Pero como en todo caso creo que es de general interés para todos los que amamos el pueblo y sus cosas, la transcribo aquí tal y como la he encontrado en este borrador:
“En Anguciana, a los setenta años de edad, murió el 12 de noviembre de 1931 Don Román Ruiz de la Cuesta Aramburu que había ejercido de boticario toda su vida en el pueblo en una botica de estilo gótico situada en la calle Real (actual casa de los hermanos Angulo García) teniendo su vivienda en el segundo piso del mismo edificio.
Su estado fue de soltero, viviendo siempre con su hermana Benita, igualmente soltera, que murió a los 64 años, un año antes que él en fecha 7 de noviembre de 1930.
A su muerte, dejó heredera de un capital de unas 75.000 pesetas a la Ermita de la Concepción, nombrando como albacea testamentario a D. Julián Cantera Orive, quien lleva a efecto los deseos del testador invirtiendo su capital totalmente en 1) levantar un muro de piedra en el terraplén enfrente de la ermita y cementerio; 2) proveer de bancos la totalidad del edificio y de un zócalo-asiento alrededor de los muros; 3) baranda delante del presbiterio con seis ángeles de pié de tamaño grande; 4) una túnica o vestido blanco y manto azul celeste, todo bordado ricamente en oro por las monjas de un convento de clausura; 5) una corona de plata adquirida en Valencia; y 6) unas nuevas andas para llevarla en procesión; todo hasta hoy en perfecto uso.
Todo ello se cumplió con diligencia siendo inaugurado todo antes del tercer aniversario de la muerte del testador”.
(La foto de la ermita con la que cierro este post es la que ofrece Panoramio de Google Earth, colgada por Juanma, a quien le doy las gracias por su generosidad para con el pueblo).
.
(29nov10)