Hace ya quince años (agosto del 93) y a iniciativa de una Asociación Cultural que se creó en Anguciana para animar el pueblo, preparé una exposición con fotos antiguas, en su mayor parte mías o de mi familia, y con algunas otras recogidas por los miembros de la propia asociación.
Técnicamente, la exposición fue posible gracias al invento de la fotocopiadora en color, que me permitió hacer, de un modo muy económico, buenas ampliaciones a partir de pequeñas fotografías. Las fotos volvieron a sus propietarios pero, para cuando quise darme cuenta, los paneles de la exposición habían desaparecido no se sabe muy bien dónde o por la mano larga de quién.
Años después algunos amigos de la cuadrilla de Los Mismos me recordaron aquella exposición y me sugirieron la posibilidad de volver a ver aquellas fotos.
Pues bien, como los inventos siguen mejorando nuestras posibilidades de comunicación, la digitalización y los blogs me permiten iniciar ahora una segunda “exposición” con aquellas mismas fotos (al menos las que yo dispongo), y con las que me puedan aportar los lectores. Y me permiten, también, introducir datos y comentarios que no iban en aquella otra exposición.
Hace un par de años Carlos Muntión me comentó la idea de hacer una colección de libros sobre los pueblos de la Rioja y me sugirió la posibilidad de que hiciera yo uno sobre Anguciana. Me lo estuve pensando durante unas semanas y no llegue a dar con su estructura. (Además, también me dí cuenta de que realmente yo sabía muy poco de mi pueblo). La estructura, o mejor dicho la no-estructura de un blog, y la mayor libertad que proporciona para ir comentando las fotos, podrían ser la fórmula de sacar adelante aquella idea de Carlos que no llevamos a la realidad.
Como no he conseguido encontrar mejor nombre que el del propio pueblo y como no me quiero apropiar de él, cuelgo el blog en conexión con los otros dos que tengo a mi nombre (LHD y CASCOTES) para dar a entender que al fin y al cabo es un blog mío y personal con el nombre de mi pueblo y no un blog del pueblo administrado por mí. Quede eso claro.
Y quede también claro que las visitas son libres pero que sólo admitiré datos y comentarios de personas debidamente identificadas con nombre, apellidos y domicilio.
Por imperativo del sistema no es prudente colgar las fotos con más tamaño que el de 90 ppp y 16 o 24 cm de lado máximo, pero si alguien quiere que le envíe alguna en el formato en que las vaya digitalizando (300 ppp sobre su tamaño original, como mínimo), no tiene más que pedírmelas a mi correo personal y gustosamente se las enviaré.
Dicho esto y como las presentaciones mejor que no sean muy largas (y menos en internet), acabo ya ésta y comienzo el blog con la misma foto y el mismo texto que fueron portada de aquella primera exposición:
“Durante varias décadas, la palabra PUEBLO ha sido secuestrada o vaciada por los políticos de su significado más próximo y original: esa gran familia de GENTES afincada en un LUGAR concreto. Mientras ha durado el secuestro, las gentes se han dispersado y el lugar se ha transformado con la velocidad de una ciudad cualquiera. A causa de la libertad individual, el bienestar y otras promesas más o menos cumplidas de la sociedad de consumo, los hombres y mujeres de nuestra época nos sentimos más huérfanos que nunca y tratamos de recuperar la identidad de nuestro PUEBLO pretendiendo que el recuerdo no sea nostalgia sino sabiduría.
Las fotografías aquí expuestas, reunidas y seleccionadas por la ASOCIACION CULTURAL EL SOTO, son testimonio de ese LUGAR y esas GENTES que por mucho que se transformen o distancien tienen para siempre un nombre común: ANGUCIANA”
(fotografía: plaza de Anguciana en julio de 1964)
(7mr2008)
Técnicamente, la exposición fue posible gracias al invento de la fotocopiadora en color, que me permitió hacer, de un modo muy económico, buenas ampliaciones a partir de pequeñas fotografías. Las fotos volvieron a sus propietarios pero, para cuando quise darme cuenta, los paneles de la exposición habían desaparecido no se sabe muy bien dónde o por la mano larga de quién.
Años después algunos amigos de la cuadrilla de Los Mismos me recordaron aquella exposición y me sugirieron la posibilidad de volver a ver aquellas fotos.
Pues bien, como los inventos siguen mejorando nuestras posibilidades de comunicación, la digitalización y los blogs me permiten iniciar ahora una segunda “exposición” con aquellas mismas fotos (al menos las que yo dispongo), y con las que me puedan aportar los lectores. Y me permiten, también, introducir datos y comentarios que no iban en aquella otra exposición.
Hace un par de años Carlos Muntión me comentó la idea de hacer una colección de libros sobre los pueblos de la Rioja y me sugirió la posibilidad de que hiciera yo uno sobre Anguciana. Me lo estuve pensando durante unas semanas y no llegue a dar con su estructura. (Además, también me dí cuenta de que realmente yo sabía muy poco de mi pueblo). La estructura, o mejor dicho la no-estructura de un blog, y la mayor libertad que proporciona para ir comentando las fotos, podrían ser la fórmula de sacar adelante aquella idea de Carlos que no llevamos a la realidad.
Como no he conseguido encontrar mejor nombre que el del propio pueblo y como no me quiero apropiar de él, cuelgo el blog en conexión con los otros dos que tengo a mi nombre (LHD y CASCOTES) para dar a entender que al fin y al cabo es un blog mío y personal con el nombre de mi pueblo y no un blog del pueblo administrado por mí. Quede eso claro.
Y quede también claro que las visitas son libres pero que sólo admitiré datos y comentarios de personas debidamente identificadas con nombre, apellidos y domicilio.
Por imperativo del sistema no es prudente colgar las fotos con más tamaño que el de 90 ppp y 16 o 24 cm de lado máximo, pero si alguien quiere que le envíe alguna en el formato en que las vaya digitalizando (300 ppp sobre su tamaño original, como mínimo), no tiene más que pedírmelas a mi correo personal y gustosamente se las enviaré.
Dicho esto y como las presentaciones mejor que no sean muy largas (y menos en internet), acabo ya ésta y comienzo el blog con la misma foto y el mismo texto que fueron portada de aquella primera exposición:
“Durante varias décadas, la palabra PUEBLO ha sido secuestrada o vaciada por los políticos de su significado más próximo y original: esa gran familia de GENTES afincada en un LUGAR concreto. Mientras ha durado el secuestro, las gentes se han dispersado y el lugar se ha transformado con la velocidad de una ciudad cualquiera. A causa de la libertad individual, el bienestar y otras promesas más o menos cumplidas de la sociedad de consumo, los hombres y mujeres de nuestra época nos sentimos más huérfanos que nunca y tratamos de recuperar la identidad de nuestro PUEBLO pretendiendo que el recuerdo no sea nostalgia sino sabiduría.
Las fotografías aquí expuestas, reunidas y seleccionadas por la ASOCIACION CULTURAL EL SOTO, son testimonio de ese LUGAR y esas GENTES que por mucho que se transformen o distancien tienen para siempre un nombre común: ANGUCIANA”
(fotografía: plaza de Anguciana en julio de 1964)
(7mr2008)